Paso ante un viejo portal de Sama de Langreo con las puertas abiertas de par en par, unas pinturas llaman mi atención, así que entro, y el portal decrépito se convierte en sala de arte. Está decorado con un mural de Eduardo Urculo fechado en 1958. Pienso que es una muy buena excusa para ahorrarse las reformas y pinturas durante tantos años y saco unas fotos por si acaso a algún propietario le parece que pintar todo de blanco daría más luminosidad a la escalera.
4 comentarios:
Ye que , los portales son mundos por descubrir...
+ 10 por esos gueyos inquietos...
FANTÀSTICO, YO DE TI LO OKUPABA
¡Hala!Tengo que pasar a ver eso.
Ya me dirás dónde está.
Es difícil que se pueda recuperar, pero gracias a ti ya no se perderá del todo.
Miguel
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