Cientos de personas esperaron en la calle para dar la bienvenida, aplaudir y vitorear a un grupo de Ucranianos que llegaban para instalarse en el colegio San José, en Sotrondio, donde ya casi no entraba más ropa y alimentos, y todo estaba limpio y preparado para recibir a “los huéspedes”, que llegaban en autobús, rotos por un largo viaje desde Polonia y, sobre todo, por la situación en la que dejaron a sus familias y su país.
El momento fue duro, emocionante; niños, mayores, madres con bebes, incluso mascotas... Fue un tiempo para lágrimas, abrazos, risas y también algunos encuentros, ya que parte de los desplazados tenía algún lazo con Asturias.
La solidaridad y el cariño colmaba el ambiente.
Tendrá que llegar un momento en el que algien descubra ese “botón” que nos hace saltar los buenos sentimientos, o quizá, que logre soltar el cable que crea el cortocircuito y provoca el odio y el desprecio.
Todos los que estábamos allí somos lo mismo que los que no estaban, HUMANOS.
Humanos que en ese momento teníamos activado el sensor adecuado para la causa precisa, pero que somos iguales que los otros que no lo tienen. No hace falta retroceder a la historia de las guerras pasadas. Todos podemos ser buenos, pero tenemos nuestros demonios y rápido encontramos un razón para justificarnos. “Con las ganas que tengo de ver rodando por la escalera a ese imbécil que siempre va provocando con la camiseta del equipo rival”
Bienvenidos vecinos, ojalá os podamos hacer la vida fácil.
2 comentarios:
Creo que le estan dando lo mejor que podrían recibir, un lugar donde sentirse seguros, paz, tranquilidad. Lo que les quitaron desde el 24 de febrero, muy triste. Espero algun dia puedan volver a su propio pais, donde nunca debieron irse.
Hermoso momento Fernan, captado con tu camara.
Un abrazo.
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