Me asomo por una ventana rota a una de las naves de la ahora destartalada Fábrica de armas de La Vega, en Oviedo. El otoño se ha instalado también dentro y parece que está cómodo, que ha venido para quedarse. Una vez cerrada y vacía, seguro que muchos se "lavan las manos", y no solo por higiene, sobre el futuro de esta instalación.
No entiendo muy bien que pinta ahí ese lavabo, pero me imagino a los trabajadores, lavándose las manos para comerse el bocadillo sentados en los ventanales.
4 comentarios:
Vaya bueno poder entrar. Un espacio que está nada aprovechado y que me gustaría visitar. Con tu foto lo visito un poco.
Gracias
Ahora están organizando visites, pero creo que se llena al momento de convocar
Oye, acaba de ocurriseme que estaría bien hacer algo fotográfico con la residencia y el hospital general del Cristo. Hay miles de historias en esas paredes. Por dentro y por fuera.
Siempre ye interesante entrar en esos sitios con tanta historia detrás.
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